[vc_row][vc_column][vc_column_text]
El sedentarismo, la obesidad y el progresivo envejecimiento de la población han aumentado el número de afectados por diabetes en los últimos años. Se estima que en 2025 el total de afectados ascenderá a los 300 millones en todo el mundo. Controlar los factores de riesgo asociados a la diabetes mejorará la esperanza de vida de los afectados.
¿Qué es la diabetes?
La diabetes es una enfermedad que se caracteriza por una elevación de los niveles de glucemia (azucar) en la sangre. Si esos niveles son muy altos o muy bajos pueden dar lugar a complicaciones agudas que hay que tratar de resolver de forma rápida.
Actualmente existen 4 tipos de diabetes:
- Diabetes tipo 1: normalmente se detecta en edades tempranas. En su tratamiento suele necesitar casi siempre insulina.
- Diabetes tipo 2: es la más frecuente, generalmente se da en personas obesas y de edad más avanzada. No siempre necesita insulina, sobre todo en las fases tempranas de la enfermedad, y puede controlarse con dieta y fármacos antidiabéticos. Tanto el tipo 2 como la de tipo 1 son los más frecuentes.
- Diabetes gestacional: el embarazo es una situación que favorece el mal control del azúcar en sangre y que puede derivar en una diabetes gestacional. Es por ello, que se realiza un test especial a todas las embarazadas, para valorar si existe diabetes. Aunque en general se retorna al estado no diabético tras el embarazo, se genera un riesgo a padecerla al cabo de unos años.
- Otros tipos específicos de diabetes: aquellas provocadas por algunos defectos genéticos de las células beta, defectos genéticos en la acción de la insulina, enfermedades de la función exocrina del páncreas y aquella secundaria al uso de algunos medicamentos.
Recomendaciones para controlar los factores de riesgo siendo diabético o no:
La pérdida de peso es el factor clave en personas con alto riesgo y sobrepeso. Sin necesidad de alcanzar un peso ideal, una reducción moderada del 5-10% puede ser muy beneficiosa para el control de la diabetes.
Evitar una mala alimentación, como los azúcares refinados (“dulces” y derivados), no fumar, y la actividad física, son otras medidas fundamentales para disminuir los riesgos de complicaciones.
[/vc_column_text][vc_row_inner][vc_column_inner width=»1/3″][vc_single_image image=»6627″ img_size=»full» alignment=»center»][/vc_column_inner][vc_column_inner width=»1/3″][vc_single_image image=»6626″ img_size=»full» alignment=»center»][/vc_column_inner][vc_column_inner width=»1/3″][vc_single_image image=»6625″ img_size=»full» alignment=»center»][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text]Entrando en tema… El pie diabético
El pie diabético es una patología que se presenta en personas con diabetes en forma de heridas infectadas, pérdida de sensibilidad y la frecuente aparición de úlceras.
El exceso de glucosa y su mala regulación provoca que los procesos infecciosos se extiendan más rápidamente y que se ralentice la circulación. De este modo, el principal riesgo que corren las personas diabéticas es sufrir úlceras en sus pies.
El 80% de los pacientes con pie diabético presentan alteración de la sensibilidad, y estos son los más proclives a desarrollar úlceras.
Los factores más importantes para su desarrollo son el mal control de la diabetes, la neuropatía, las deformidades del pie, la arteriopatía y el tabaco. Controlarlos es imprescindible, ya que se estima que el 75 % de las amputaciones vienen precedidas por una ulceración.
Síntomas de alarma del pie diabético
Los primeros signos que deben alertar sobre el inicio de un pie diabético son el enrojecimiento de algunas zonas del pie, el aumento de su temperatura, zonas callosas que no mejoran, y que finalmente se ulceran. Estas lesiones iniciales pueden progresar hasta llegar a una ulcera profunda y alcanzar el hueso y finalmente en situaciones muy avanzadas una gangrena del pie. Con un buen seguimiento y control son lesiones evitables.
Es muy importante ser educados para una correcta higiene y cuidado de sus pies. En este sentido algunos consejos son:
- No cortar excesivamente las uñas.
- No caminar descalzo.
- Comprobar la temperatura del agua antes de sumergir los pies.
- Utilizar cremas hidratantes.
Ante la aparición de callosidades o algunas deformidades, no se debe dudar en remitir a la consulta de un podólogo o de un traumatólogo, según sea el tipo de lesión.
En Herbifeet disponemos de toda una sección indicada para el pié diabético, ademas nuestros productos pueden serle de gran ayuda:
Información http://bit.ly/1XfY2HJ[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]