Cómo mejorar la Circulación

El flujo sanguíneo constituye un sistema esencial para el organismo, encargado de aportar los nutrientes y sustancias que requieren cada uno de los componentes del cuerpo humano. Sin una buena circulación sanguínea, se pueden tener problemas en la piel y en las uñas, aunque también problemas con las heridas y las úlceras, ya que no cicatrizarán bien. Además, si no mejora tu circulación, ésta puede ocasionar calambres y dolor en piernas y pies.

Las causas pueden ser muchas, aunque las principales son: los niveles altos de colesterol, tener un consumo pobre de fibra, el tabaco, abusar de la sal y, además, una ingesta escasa de agua. Mientras tanto, la actividad física también tiene su responsabilidad sobre esta afección. Tampoco hay que olvidar que, en muchos casos, las causas son genéticas y hormonales, afectando con mayor frecuencia a las mujeres.

Por otro lado, uno de los factores más recurrentes es la diabetes, ya que ésta puede ocasionar una mala circulación obstruyendo las arterias y una pérdida de sensibilidad en los pies, así que es importante vigilar los síntomas y actuar.

En HERBI FEET, sea cual sea el origen, aportamos diversas soluciones para combatir este problema tan molesto; ya sea gracias a plantillas, calcetines o cremas con efecto frío, queremos ayudarte a luchar contra la mala circulación.

Mejora tu circulación, no lo dudes más.

Mejora tu alimentación

Sigue una dieta equilibrada y rica en fibra, manteniéndote alejado de comidas procesadas, con mucha sal o azúcar y de las grasas no saludables. Las frutas y verduras de cualquier tipo son una buena opción, especialmente las naranjas y las sandías, sin olvidarnos de los frutos secos. Toma suficiente agua durante el día, reduce la ingesta de cafeína y elimina bebidas alcohólicas.

Cambia tu estilo de vida

Una de las prioridades es que evites los ambientes demasiado calurosos. Encuentra formas saludables de liberar el estrés, como hacer ejercicio siempre que puedas o meditar cuando lo necesites. Además, al menos cada hora, estírate e intenta realizar pequeños ejercicios para mover tu cuerpo, especialmente si trabajas sentado o de pie durante mucho tiempo.

Dedícate a ti mismo/a

Tómate tu tiempo e intenta relajarte en la ducha, alternando temperaturas no muy calientes con chorros fríos en las piernas. Siempre que te sea posible, eleva tus piernas para incrementar la circulación. Mímate y aplica ligeros masajes ascendentes con un gel frío en tus piernas y tobillos. Por último, no te olvides de hidratar tu piel, ¡notarás el efecto!

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